A veces la vida no te da grandes cosas, ni enormes sorpresas. A veces, las personas de tu alrededor no son perfectas, a veces te hacen daño o no te dan todo lo que esperabas de ellos. A veces piensas que tu vida no tiene sentido, que te mereces algo más, una vida más perfecta. Pero es que a veces no todo es lo que piensas. Tienes que parar, quedarte quieto donde estás y observa lo que te rodea. Mirar más de cerca. Entonces te das cuenta de las cosas. Piensas en quien te hace sonreír cada mañana, quien te hace reír cuando sólo tienes ganas de llorar, quien estaría dispuesto a poner la mano en el fuego por ti, y quien, por el contrario, nunca estará realmente a tu lado. A veces la vida no te lo da todo hecho, tienes que buscarlo. Y entonces lo encuentras. Encuentras esas pequeñas cosas que hacen tu vida ENORME. Y no son cosas del otro mundo, no. Tan sólo una mirada, una sonrisas, una carcajada inesperada, pueden hacer tu vida perfecta. Y por ello, yo he aprendido a vivir con esas pequeñas cosas.
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